El trabajo suele ser una parte esencial de la vida: constituye una fuente de ingresos, de autoestima, de estatus, de relaciones sociales y proporciona una sensación de logro e integración. Sin embargo aunque muchas personas obtienen satisfacción de sus empleos, incluso la profesión más grata, resulta en ocasiones estresante. Factores como un sueldo reducido, un ritmo de trabajo desenfrenado, un empleo tedioso o tenso y unas condiciones laborales ingratas pueden desembocar en estrés.
El término estrés ha alcanzado rápidamente una gran difusión en todos los ámbitos de la vida, incluso en el ámbito laboral, adquiriendo interpretaciones y significados muy diversos y subjetivos, aunque todos ellos con un denominador común: “un estado de tensión y malestar”.
Dentro de los límites, el estrés es un hecho absolutamente normal, útil y necesario para la vida, porque empuja a la persona hasta un análisis más cuidadoso de sus necesidades, le induce a buscar soluciones nuevas y reformular los problemas lo que le permite recuperar la tranquilidad.
Pero existe un estrés nocivo, peligroso para la salud, que conduce a la ansiedad, a la depresión, a los trastornos funcionales y a la enfermedad.
El trabajo constituye una fuente de estrés endémica en la sociedad occidental moderna. El estrés laboral es fruto de la suma de varios factores y los estudios efectuados al respecto han determinado que algunas profesiones resultan, por su naturaleza, más estresantes que otras.
Son varios los factores que conducen al estrés laboral. Clasificados en categorías generales, podrían resumirse en la sobrecarga de trabajo, la función que desempeña el empleado y el horario laboral. Algunos de estos factores son ambientales, como la política interna de la empresa, la relación con los compañeros, el entorno laboral y los desplazamientos desde y hasta el trabajo.
LA SOBRECARGA DE TRABAJO
Numerosos estudios indican que el exceso de trabajo es la principal causa de estrés laboral, y en el ámbito empresarial, el fenómeno parece ser más grave en las empresas grandes que en las pequeñas.
LAS FUNCIONES
Por otro lado, algunos trabajadores no desempeñan una función definida en la empresa y ello puede resultar muy estresante. Esta falta de claridad puede derivarse en una descripción deficiente de las tareas propias del puesto, obligación de llevar a cabo tareas que no le corresponden y instrucciones incorrectas para una tarea específica.
EL HORARIO
Los horarios laborales en ocasiones afectan al bienestar personal. Los trabajadores por turnos pueden experimentar problemas en sus relaciones personales y sociales y también sentirse aislados de la comunidad.
LA POLÍTICA INTERNA DE LA EMPRESA
Otro factor asociado de manera habitual al estrés laboral es la política interna o cultura de la empresa. Esta consiste en una presión sobre los empleados para establecer unas pautas de conducta acordes con los criterios dominantes. La forma de vestir, los acosos a las minorías son las principales situaciones de estrés.
LAS RELACIONES LABORALES
La calidad de las relaciones en el lugar de trabajo influyen de manera notable en los niveles de estrés. Una buena relación laboral y personal con los compañeros ayuda a moderar o reducir los efectos negativos.
Se puede actuar sobre el individuo, con una serie de herramientas que le permiten mejorar su competencia en todas aquéllas áreas de su vida, y sobre la organización del trabajo en la empresa.
ACTUACIÓN SOBRE EL INDIVIDUO
Aprender a reconocer y controlar el estrés es una habilidad esencial en la vida. Los trabajadores que mejoran su resistencia el estrés o que son capaces de superar sus efectos tienen a estar emocional y físicamente más sanas que aquellas que se sienten estresadas gran parte del tiempo y creen que no pueden cambiar sus circunstancias. Es de gran ayuda por lo tanto adoptar algunos métodos básicos para controlar el estrés:
ACTUACIÓN SOBRE LA ORGANIZACIÓN
La modificación de ciertos aspectos de la organización de la empresa puede repercutir, no sólo en la mejora del bienestar de los trabajadores, sino también en la optimización de los recursos humanos.
Desde el punto de vista “preventivo” es una actuación más eficaz ya que lo hace sobre las causas que originan el estrés.
Una de las medidas que se pueden adoptar es aumentar el grado de control que el trabajador tiene sobre el trabajo, es decir, sobre lo que debe hacer, el método para realizarlo, los tiempos de trabajo y la participación en la toma de decisiones en aspectos relacionados con su trabajo.
Otras medidas preventivas relacionadas con la organización del trabajo pueden ser:
Finalmente, cabe reseñar que aunque se modifiquen las condiciones de trabajo, si el trabajador las sigue percibiendo como estresantes no se consigue nada. Por lo tanto es necesario que el trabajador se enfrente ante estas situaciones de una manera positiva.